Salome, despues del amanecer.

Wohaa!! Perdon por no publicar el ultimo cap.. pronto lo pondre, esq tengo una agenda muy apretadita ^^... Bueno, en el concurso que cree hace unos dias, ya tengo el ganador de la categoria "la mejor historia de amor"!! Enserio, Salome del blog "Despues del amanecer"... ame tu pequeño cuento!!.. jeje, cominicate con migo por correo y te hare la entrevista publicandola junto con 3 caps de tu hist (los capitulos tu los decides).. ok?¿. Recuerdalo!! Aqui les dejo una pequeña historia inventada por ella sobre el amor de Kristen y Robert...y vaya que lo hizo bien!!, jeje se los dejo, bye:
----------------------------------------------------

Tenía decidido que iba a hacerlo, ya habíamos estado demasiado tiempo ocultándolo y esta tarde iba a decir la verdad, lo que sentía por ella. Me daba igual si lo hacía delante de los paparazzi. Era mi vida y hacía lo que quería.

Me arreglé, me puse mi mejor traje y mi corbata preferida. Me peine a mi estilo y me puse mi colonia, mi favorita, la que me había regalado ella para mi último cumpleaños. Baje las escaleras de casa y entre en el coche.

Intenté ignorar todos los paparazzi que me encontré en la salida de mi casa, aunque era casi imposible. Puse mi CD favorito y me intenté relajar, aunque era casi imposible. El anillo que llevaba en mi bolsillo lo notaba como si pesase toneladas, más que toneladas. Cuando llegue en frente de su casa, donde también abundaban los paparazzi, respire hondo y baje del coche. Los flashes hicieron que casi no pudiera ver por dónde iba. No sé como llegué a la puerta. Saqué las llaves que un día Kristen me había dado y abrí la puerta.

Se oía un sonido de fondo, un horno, un grifo abierto. Entonces apareció delante de mí, tan guapa como siempre. Llevaba un vestido de color negro que le llegaba por encima de las rodillas y se lo ataba al cuello. Llevaba unos zapatos de tacón de color negro y se había alisado el pelo.

-Tan guapa como siempre –dije mientras me acercaba a ella y cogía su cara entre mis manos.

-Lo mismo dijo, casi nunca te había visto tan bien vestido –dijo ella.

Rocé sus labios con los míos. Cada beso era como una descarga eléctrica. Nunca me acostumbraría a tener a la mujer más deseada del mundo solo para mí.

-Es que hoy voy vestido para la ocasión –dije. Entonces note el anillo que llevaba en mi bolsillo.

-¿Por qué va a ser un día especial? -yo encogí los hombros-. Vamos, Rob. ¿No me lo vas a decir? –yo negué con la cabeza-. Robert Pattinson, dímelo –dijo enfadada.

-Lo sabrás… –ella sonrió-… dentro de un ratito.

-De acuerdo, dentro de un ratito –dijo ella alzando un dedo como si me amenazase.

Le hice compañía mientras la miraba como terminaba de hacer la comida, yo nunca había sido muy bueno en eso. Mejor no explicar los desastres que puedo llegar a hacer cuando me dejan en una cocina. Cuando terminamos nos sentamos a comer. Kristen había adornado la mesa y había quedado preciosa, con velas, rosas rojas.

-Qué bueno que esta esto –dije sin parar de comer, estaba delicioso.

-De acuerdo –dijo ella riendo-. Pero cierra la boca cuando comes. Siempre te digo lo mismo.

-De acuerdo, mama –dije imitando la voz de los niños pequeños, ella se rió.

-Tontorrón –dijo ella mientras se levantaba y se sentaba en mi regazo y me besaba.

Ya había llegado la hora, se lo tenía que decir, antes de que pasásemos a la siguiente fase. Se me hizo un nudo en el estomago, no sabía qué hacer ni que decirle. Respire hondo y la aparte un poco de mi. Cuando me vio la cara abrió los ojos como platos.

-Que te pasa, cariño –dijo ella frunciendo el ceño.

-Verás… tengo que decirte algo –el nudo en mi garganta se iba haciendo más y más grande hasta el punto de casi no poder tragar saliva-. Es complicado de decir.

La levanté cuidadosamente de mi regazo, respiré hondo. Lo iba a hacer de la típica manera, me arrodille. Busqué mi anillo en mi bolsillo y lo saqué, abrí la cajita. El anillo de diamantes resplandecía, era precioso. Le dije a mi hermana que lo comprase, tenía buen gusto y también porque si yo en persona lo hubiese ido a comprar los rumores de que salíamos juntos de habrían disparado como nunca lo habían hecho.

-Kristen, te quiero, te quiero mucho –ella me miro asustada-. No te voy a pedir que cases conmigo, sé que eso no es lo que quieres. Solo quiero que no ocultemos lo nuestro. Quiero que la gente sepa lo mucho que te amo. No quiero caminar contigo por la calle, tú delante y yo a diez metros detrás para que la gente no piense que salimos juntos. ¡Te amo! ¡Te quiero! ¡Te adoro! Por favor. ¿Harías esto por mí?

-¡Robert, el contrato! –dijo Kristen como si fuera obvio.

-¡No me importa el contrato! ¡Solo me importas tú! –dije con ojos suplicantes.

-Estas mal de la cabeza –dijo ella empezando a andar de punta a punta de la habitación, me estaba empezando a poner nervioso, entonces vino delante mío y se arrodillo, se puso a mi altura-. Estas mal de la cabeza… pero lo tengo que asumir si voy a pasar el resto de mi vida contigo.

Entonces saque el anillo que tenía en la cajita y lo puse en su suave dedo. Ella me miro y me dedico su mejor sonrisa. La bese, como nunca lo había hecho, como si fuese el último, sin duda esa noche la recordaría para toda mi vida.

Corrí hasta el bacón y salí a fuera. Kristen me siguió preocupada por lo que iba a hacer. Yo también lo estaría de preocupada, sin duda. Los flashes se dispararon y me cegaron los ojos, no podía ver muy bien, pero si podía hablar.

-¡AMO A KRISTEN STEWART! –grite, ella me miro con los ojos abiertos-. ¡ES LA ÚNICA MUJER DE MI VIDA! ¡Y ES MÍA, SOLO MÍA!

-¿Qué haces Robert? –dijo jalándome por el brazo e intentando llevarme para dentro, pero no pudo-. Vamos, si me quieres no me hagas esto –dijo suplicante.

-Te quiero, y por eso hago esto –entonces la cogí y la apreté junto a mí. A bese, sin duda cada vez que lo hacía se superaba a la última. Los flashes aumentaron mucho más que antes.

-Estás loco, pero me gustas tal como eres –dijo en cuanto mis labios no estuvieron encima de los suyos.

Entonces la levante y la acomode en mis brazos, la lleve hasta su habitación. Nunca olvidaría esa noche, ahora no me importaba lo que pudiera pasar mañana, ahora solo me importaba el presente, que era tan solo ella.