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domingo, 4 de julio de 2010

Novela de vampire knight.



Hola!! bueno, se q llevo años sin conectarme en blogger.. pero es porq estoy tan ocupada!! Pero por fin sali de vacaciones, asi q les tomare tiempo a usds. =) Para hoy les quiero hacer un regalo especial..... Para las fanaticas del anime y manga!!! bueno, las q les guste vampire knight como a mi, y se hayan lleeido el anime y el manga de esto, aqui les traigo la novela que le hicieron a esta serie!! Son 2, pero solo tengo la primera y es bien largita xD Los dibujos y algunos textos son de Matsuri Hino, y lo otro, es de una chica (no recuerdo el nombre xD) q creo la novee!! Bueno, como se q es dificil d encontrar, me e molestado en traducirla a español (de japones la pasaron a ingles, y de ingles la pase yo a español con un super traducctor... el de GOOGLE! XD) y aqui se las dejo! para q dejen de buscar!! jeje, todos los martes y jueves subire cap por cap.. son 6 bien largos asi q podran disfrutar sus diesipico de hojas por cap. Tambien quiero informarles a las fanaticas de Sakura card captor, q despues de verme todo su programa, los Ovas, y las dos pelis... e decidido continuarla!! y como tengo una amiga q sabe hacer fandarts y podra dibujarles imagenes!! Bueno, creo q este blog se a vuelto de uno d crepusculo, a uno d anime!! Pronto les dare info sobre esto,pero por ahora aki les dejo el primer capi d la nove de vampire knight ^ . ^ :


Capitulo 1:

“En el día de Saint Chocolate, ya que es solo una vez al año, quiero regalar chocolate
a la persona que me gusta”.
Que cualquier chica joven piense eso es normal.
Sin embargo, en el mundo real, un deseo tan humilde como ése es mucho más difícil
de cumplir de lo que parece.
En la academia Cross, el día de Saint Chocolate siempre se inicia una batalla
encarnizada. Ése día en concreto, en el momento del atardecer en que se produce el
cambio de turno escolar, se inicia oficialmente la carrera titulada:
“¡Alumnas de la clase diurna, al ataque! ¿Cuántas de ellas podrán entregar su chocolate?”
Pero a pesar de eso, podría decirse que prácticamente todas las chicas de la clase
diurna ése día se encuentran ya desde la mañana amontonándose para cumplir su
objetivo, así que en consecuencia la probabilidad de salir victoriosa es, sin duda
alguna, muy baja.
(Aah… es imposible. Como me suponía, las chicas que van detrás de Kaname-sama son una
verdadera montaña…)
Incluso dentro de la exquisita élite en cuanto a belleza que suponían los propios
alumnos de la clase nocturna, destacaba la maravillosa figura del príncipe.
Ése era Kaname Kuran. El líder de la mencionada clase nocturna, a la vez que el
presidente del “dormitorio de la luna”.
En la academia Cross existe la clase diurna y la nocturna, que comparten las mismas
aulas. Así pues, el momento del anochecer en que se produce el intercambio de
turnos, el jaleo y desorden son algo habitual. Pero si además se trata del día de Saint
Chocolate, quizá es algo exagerado decir que resulta difícil salir viva de ésa montaña
incandescente de chicas histéricas, pero sí se podría decir que la probabilidad de no
llegar a ser capaz de entregar tu chocolatina es extremadamente alta.
Entonces, la meta que Fuuka Kisaragi se propuso ése día tenía, como mínimo,
muchos y duros obstáculos que superar.
Fuese como fuese, iba a entregarle el chocolate la primera de todas.
(Uh… eres demasiado popular, Kaname-sama…)
Pero no era momento de lamentaciones.
La alumna de primer año de la clase diurna, Fuuka, se había decidido.
- Ya veo… si un modo que respete las normas es imposible… ¡no me queda
opción!
Así pues, había pensado un plan. Un plan para llevarle el chocolate a Kaname hasta
su mismísima habitación. Tras decidirlo, estaba preparada para seguirlo en línea
recta.
El día de Saint Chocolate, es el día de la batalla decisiva entre todas las chicas
enamoradas.
* * *
Que a una hora como aquella se oyese el repiqueo de unos pasos era algo raro.
Sin preocuparse en absoluto de que su algo corto y suave cabello se despeinara, Fuuka
caminaba apresuradamente.
- Eh, venga, volvamos… Fuuka. ¡Si nos encuentran nos van a castigar, pero
seguro! Además, entrar al dormitorio de la luna… ¡Es una idea demasiado
estúpida!
Detrás de Fuuka, que caminaba triunfante; se encontraba otra joven chica con gafas;
Kanae. Miraba hacia todos lados, asustada. Desde luego sus acciones quedaban lejos
de algo propio de una estudiante decente. A altas horas de la madrugada, a su
alrededor se respiraba un silencio absoluto.
- Ya incluso ha llegado la hora del apagado de luces, ¡Así que estamos violando
la regla que prohíbe salir del dormitorio por la noche! Además, según las
normas de la escuela…- A pesar de la expresión angustiada en el rostro de
Kanae, Fuuka no se detenía.
- Kanae, puedes volver si quieres. Yo puedo llevar a cabo éste plan solita.
- Pero yo, como tu compañera de habitación y tu mejor amiga, creo que tengo
la obligación de detenerte.
Sin hacer el más mínimo caso a las palabras de Kanae, Fuuka suspiró profundamente.
(Por si faltaba poco, Kanae empieza a sermonearme con sus discursos de alumna seria… No
debería haberle confesado mis intenciones, sólo he conseguido que se preocupe inútilmente)
- ¿Oye, Fuuka, me estás escuchando? Venga, volvamos en silencio para que no
nos oiga nadie
Los sentimientos de Kanae, Fuuka los comprendía bien. En la academia Cross, donde
se reunían no más que jóvenes de buena familia y nobles, no había nadie con el coraje
suficiente para romper las normas de la escuela.
Incluso para ella, era la primera vez que salía en medio de la noche y se dirigía al
dormitorio de la luna.
- Hoy solo he venido a inspeccionar la zona, Kanae, tú puedes volver para la
habitación ya.
- ¡¡Fuukaaaa…!!!
Al notar que pese a sus esfuerzos no iba a poder detener a su mejor amiga, la voz de
Kanae empezó temblar un poco.
Fuuka sentía perfectamente la preocupación de su amiga, e incluso quería
agradecérselo. De hecho, era cierto que si las encontraban, el problema no iba a
acabar sólo con ser devueltas a su dormitorio.
Un expediente al ministerio de educación, un sermón del presidente del dormitorio
del sol… A muy malas incluso la expulsión de la escuela.
(Si que es verdad que la expulsión sería algo feo… Incluso llamarían a mi casa…)
Pensaba mientras un sudor frío recorría su cuerpo.
(Nada, nada de dudas. Además, ¡si pienso que es por Kaname-sama, no tengo miedo!)
Darle chocolate a la persona que te gusta en el día de Saint Chocolate. Lo que
entregas no es solo chocolate, sino el sentimiento que va con éste.
Admiración.
Excitación.
Ése sentimiento en el pecho que provocaba que su corazón palpitara con fuerza. Ésa
maravilla en él que le hacía sentir que flotaba.
Kaname, que hacía que Fuuka sintiera eso tan sólo con mirarla, era para ella un ser
totalmente misterioso.
Era por eso.
(Por mucho que no me haga caso, no me importa.)
Que número uno de la escuela; el príncipe, el rey… Aquél que merecía todos los
títulos nobiliarios del mundo le hiciera el más mínimo caso, era algo que no se le
había ocurrido.
(Pero… Kaname, estoy aquí… ¡Y me gustas!)
Si en ése momento tan sólo pudiese conseguir que él lo supiera, era suficiente.
Así pues, para hacer realidad ése deseo había decidido entregarle el chocolate la
primera. De ahí había surgido para el día de Saint Chocolate, el “plan para llevarle a
Kaname el chocolate hasta su habitación”.
La idea era, la mañana de ése día, colarse en el dormitorio para dejárselo en el balcón
de la susodicha habitación. De ésa forma, al menos, seguro que lo entregaría antes
que nadie.
- ¡Para realizar éste plan, es completamente indispensable una inspección
previa del terreno! ¡Así que déjame ir, por favor!
- ¡Mira que eres cabezota! Por mucho coraje que tengas, sin preparación, sin
defensa alguna…
- ¡Precisamente por eso el ímpetu y las ganas son importantes! ¡Además, el día
de Saint Chocolate es solo una vez al año! No Quiero arrepentirme de nada.
- ¡¡¡Aaaaj…!!! ¡Vale, muy bien! Ya veo que he sido una estúpida intentando
detenerte por tu bien. Haz lo que te de la gana por tal de “no arrepentirte”.
Después de que Kanae, resoplando de rabia, se diese la vuelta sobre sus pasos, la voz
de Fuuka volvió a oírse tras de ella.
- Ah, ¡Espera, Kanae!
- Qué quieres; ya es tarde para pedir disculpas. - Kanae, que al oír esas palabras
creyó que quizá Fuuka se había rendido al fin, se dio la vuelta para mirarla.
Pero de repente, Fuuka se arrodilló, uniendo sus manos en una postura de súplica.
- ¿Fuuka?
- ¡Por favor! ¡Éste es el último favor que te pido en la vida… Aúpame!
- ¿Eeh…?
- Es que, para poder saltar ésta pared, la mejor forma es que alguien me aúpe
sobre sus hombros… ¡Venga, porfaaa…!
- ¡Pero de qué estás hablando! ¿Quién te crees que soy?
Sin duda, el sólido muro que se alzaba frente a ellas no era algo que pudiese cruzarse
con un simple salto; imposible de escalar, y tampoco parecía haber nada alrededor
que resultara útil para apoyarse.
El modo más fácil de entrar al dormitorio de la luna era, por supuesto, por la puerta
principal. Pero los habitantes del dormitorio del sol y de la luna tenían mutuamente
prohibido cruzar los límites de su propia zona, así que no había más remedio que
buscar un camino alternativo. Era imposible cruzar como si nada. Pero Fuuka, que ya
se encontraba más allá del límite de la hora en la que se prohibía salir al exterior, se
había propuesto cruzar ése muro costara lo que costara.
- Venga… ¿Qué me dices?
Los ojos de Fuuka centelleaban mientras miraban a su amiga.
- Bueeeno… Ya que he venido hasta aquí… Al menos colaboraré un poquito- Si
Kanae se paraba a pensar, se daba cuenta de que su cabezota, obstinada y
directa amiga, en realidad, le gustaba mucho.
- ¡Te devolveré éste favor! Cuando acabe el día de Saint Chocolate, te prometo
que iremos juntas a la ciudad y te invitaré a comer lo que más te apetezca.
- ¡Entendido!
Con la ayuda de su amiga, Fuuka consiguió subir hasta lo alto del muro. Puesto que
la gimnasia se le daba bastante bien, no parecía que fuese a costarle esfuerzo, ni
mucho menos caerse.
Al posarse de pie sobre el borde del muro, observó con admiración la magnificencia
de la visión que se mostraba ante sus ojos. La visión del dormitorio de la luna.
- ¡Bueno… voy!
Fuuka, que con un susurro se despidió de su amiga, desapareció.
- No te rindas, Fuuka… - susurró en una voz muy, muy baja Kanae, que ya se
había quedado sola.
* * *
- ¡Uaah…!
Al saltar, contra sus expectativas, con algo de miedo; Fuuka había perdido el
equilibrio al aterrizar, posando en el suelo las palmas de sus manos para parar la
caída. Éstas habían empezado a sangrar un poco, mostrando algunos arañazos.
Además, la caída fue de bastante alto, por lo que sintió que sus piernas estaban algo
adormecidas.
- Ouch… Bueno, ¿al menos podemos considerar la operación de infiltración un
verdadero éxito, no?
Le habían saltado las lágrimas por el dolor, pero se convenció de de que no era el
momento de lamentaciones. Tenía dirigirse con rapidez hasta la habitación de
Kaname.
(Ahora que digo eso… ¿dónde está la habitación de Kaname-sama?)
Debido a que la clase diurna y la nocturna siempre habían estado separadas, era
normal que no conociese absolutamente nada sobre el dormitorio de la luna.
- Estoo…
Después de quedarse pensando un rato, dio una palmada en el aire.
- ¡Ya lo tengo! ¡Puesto que es el presidente del dormitorio, su habitación seguro
que es maravillosa. Tengo que buscar una habitación que tenga unas cortinas
que parezcan caras…!
Recuperando el coraje, Fuuka se dirigió hacia un lado del edificio.
A pesar de que había cruzado el muro, Fuuka no iba a llegar al dormitorio
precisamente en seguida.
Para empezar, fue caminando con cuidado, procurando no hacer ruido con sus pasos.
De ésta forma, consiguió entrar hasta los jardines. El dormitorio se encontraba al
final de éstos.
Por mucho que fuesen ya altas horas de la madrugada, se apreciaba a través de las
ventanas que había muchísimas luces encendidas en el dormitorio.
Según Fuuka tenía entendido, la organización de las clases nocturnas era diferente a
la de la diurna. Al parecer, el temario era distinto; entrar y salir de clase era a libre
voluntad; y todo estaba dividido en diferentes especialidades y campos.
- Qué grande… mira que hay espacio desaprovechado, en éste dormitorio…-
Fuuka, inconscientemente, tragó saliva angustiada.
-
Fue en ése momento.
- Qué mal… Que una chica camine sola a éstas horas de la noche…
Desde algún lugar, se oyó una voz cristalina.
(¿Oh, m-me han pillado?)
En un momento, a Fuuka le dio la sensación de que se le helaba la sangre. A pesar de
que no había sentido ninguna presencia a su alrededor…
- Tú eres… ¿una alumna de la clase diurna?
- ¡Lo siento!¡He roto las normas colándome! Esto… ¡Lo siento!
Pero no hubo respuesta.
- E…Esto…
Fuuka levantó la vista, asustada. Al ver el rostro de la persona que se alzó frente a
ella, casi se desmaya.
- ¡¿Ka-Kana… Kuran-sempai?!
Un cabello negro que el viento nocturno movía ligeramente. Una presencia
magnificente y majestuosa, con un toque dulce. Una mirada con un aire misterioso;
un dios de la belleza tal que atraía con una fuerza implacable a todo ser común. Ahí
estaba. El motivo de la entrada de Fuuka, Kuran Kaname.
(¡Dios mío, qué suerte tengo! He fracasado en lo de no ser encontrada, pero encontrarme con
Kaname… ¡Esto sí que es suerte!)
Sin alterarse por el hecho inesperado que acababa de ocurrir, su pecho se llenó de
felicidad.
Nunca se le había ocurrido que llegaría a encontrarse con Kaname. Además, era la
primera vez que le tenía tan cerca. Siempre le había visto de lejos en el momento del
cambio de turno de alumnos, pero él siempre se había abstenido de mezclarse con los
de la clase diurna. Ella sentía que no estaba más que al nivel de una sombra que se
dedicaba a observarle furtivamente…
Ya era un ser maravilloso al observarle de lejos. Pero al verle de cerca, era si cabe aún
mejor. Bajo la luz de la luna, Kaname era, por completo, un auténtico rey. Si ahora le
hablara, a Fuuka le daba la sensación de que iba a fundirse; si le tocara, que
simplemente se pulverizaría y desaparecería.
Las mejillas de Fuuka ardieron al tornarse coloradas.
- ¿Estás bien…? ¿Te encuentras mal?- Kaname frunció el ceño con
preocupación mientras inspeccionaba el rostro de Fuuka. De repente, al hacer
aún más corta la distancia entre ambos, a ésta le dio la sensación de que su
corazón se desintegraba.
- ¡E-estoy bien! Perfectamente.
- Ya veo… entonces vuelve a tu habitación, ya que la noche está llena de
peligros…
- Eh, esto… le vas a decir al profesor que me he colado…
Puesto que había sido descubierta, era obvio que el castigo estaba por llegar.
Era algo que Fuuka ya había considerado desde el momento en que trazó ese plan.
Sin embargo, tras encontrarse con Kaname, e incluso conseguir intercambiar algunas
palabras con él, no se arrepentía de nada en absoluto.
Kaname, suavemente, posó con elegancia el dedo índice sobre sus labios.
- Lo de ésta noche… te lo guardaré en secreto.
- ¿E-en secreto…? ¿Pero… por qué?



- Ésta noche, gracias a ti, he encontrado algo muy interesante… considéralo el
agradecimiento por eso.
Tentada por la más magnífica de las sonrisas, Fuuka asintió con la cabeza. ¿Por qué
sería…? Que a pesar de que la sonrisa de Kaname era tan amable, no podía evitar
sentirse dominada por una extraña fuerza.
(¿Gracias a mí…?¿Qué será lo que Kaname-sama ha encontrado?)
Fuuka, mientras dudaba esto, reverenció con satisfacción a Kaname, que dirigió la
vista hacia sus espaldas, a pesar de que no había nadie allí; nada más que oscuridad.
- Bien, pues… El portal está en ésa dirección. Ve con cuidado en tu vuelta.
Aidou, Kain, Ruka, Ichijou… Guiadla hasta la entrada.
Justo al lado de Fuuka, que todavía inclinaba su cabeza, se oyó de repente una
respuesta desde la oscuridad donde no parecía haber nadie.
- Entendido.
- La guiaremos hasta el portal.
Las figuras que aparecieron eran las de Hababusa Aidou y Akatsuki Kain.
- ¿Aidou-sempai, Kain-sempai…?
Inconscientemente, Fuuka se tapó la boca con ambas manos de sorpresa.
(Han venido incluso Ichijou-sempai y Souen-sempai…)
Los que aparecieron en ése momento eran el vicepresidente del dormitorio, Takuma
Ichijou, y Ruka Souen.
Que los cuatro aquellos que, incluso dentro de la clase nocturna estaban siempre
especialmente cerca de Kaname aparecieran de repente, era sin duda demasiado
bueno.
Aidou, con su fina belleza, podía pasar sin duda por un famoso. Al compararle con su
primo Kain, que se encontraba a su lado, sin duda éste tenía un aspecto mucho más
salvaje. Ichijou, con su hermosura y su aire tan adulto, y Ruka, que parecía
completamente una muñeca de porcelana, adorablemente hermosa.
- Mira que alguien como tú esté en la clase diurna… no puede ser. Desde luego
no me diste ésa sensación.
La sonrisa de Kaname tenía un toque oscuro.
(¿Eh? ¿Con eso quiere decir que soy bonita? ¿O acaso quiere decir que no soy más que una
estúpida alumna que rompe las normas de la escuela?)
De repente la cabeza le daba vueltas. Para enfriar un poco la confusión en su mente,
posó las palmas de sus manos a los lados de su cabeza.
(C-Cálmate…)
Al ver a Fuuka haciendo eso, Ruka susurró:
- Parece ser que hemos encontrado información útil para nuestra investigación,
¿verdad, Kaname?
- Si eso es lo que piensas, probad tú y los demás a entablar algo de amistad con
ella mientras la guiáis.
El silencioso susurro de la voz de Kaname no llegó hasta los oídos de Fuuka.
- Venga, vámonos. Es ya muy tarde.
- Ah, s-sí.
Fuuka se sorprendió notablemente al ser arrastrada del brazo por Ruka. Contra todo
pronóstico, ésta tenía mucha más fuerza de lo que parecía tener con sólo mirarla;
tanta que parecía imposible soltarse.
Al mirar con un gesto triste hacia atrás, vio como Kaname la despedía con la mano.
- Eeh… ¡buenas noches!
Al ver que la conversación se quedaba estancada, Fuuka se dio cuenta de que ni
siquiera se había presentado.
- ¡Kuran-sempai, yo… soy Fuuka!
- Buenas noches, Fuuka.
(¡Uuaaah! ¡Kaname-sama me ha llamado por mi nombre!)
- ¡Buenas noches!
Fuuka se despidió de él colmada de felicidad.
Tanto, que ni siquiera se dio cuenta de la afilada mirada que le dirigió Ruka,
mientras seguía sosteniendo su brazo.
* * *
- ¿Bueno, y tú… se puede saber por qué te has colado aquí?
Fuuka, al lado Kain, se encontraba encantada en una nube, reaccionó en un instante
para responder.
- ¡Ah! Esto, verás, bueno… eh… El día de San Chocolate quiero darle la primera
de todas el chocolate a Kuran-sempai, así que vine aquí para buscar su
habitación…
- Para hacer eso sin duda se necesita valor, ¿eh?, estoy seguro que hasta
Kaname se habrá sorprendido.
La chica observaba a Ichijou, pensando en que en ése mundo existía gente que podía
considerarse amiga de Kaname e incluso llamarle por su nombre de pila. Éste le
dirigió una mirada amable.
- Desde luego, has tenido una idea divertida.
- Si, es cierto… cabe decir que hasta ahora no ha habido nadie como tú.
Kain soltó una risita sobre el valiente e impetuoso plan de Fuuka, risa que fue
acompañada por la de Ruka.
Sin embargo, Aidou era el único que caminaba sin decir nada. Durante la hora del
intercambio de aulas, éste siempre era uno de los más cariñosos con las chicas de la
clase nocturna, pero sin duda ése Aidou que siempre sonreía… en ése momento
estaba irreconocible. No es que Fuuka le conociese en profundidad, pero sin duda
sentía que su actitud era muy distinta a la que esperaba de él.
(¿Será que quizá Aidou es una persona seria y responsable en realidad…?)
Quizá era que no quería ni dirigirle la palabra a alguien que se había colado en medio
de la noche en el dormitorio, rompiendo las normas de la escuela.
- Ah, ya se puede ver la entrada principal. Desde aquí tendrás que volver tú
sola, ¿ten cuidado, eh? Ya sabes, a nosotros no se nos permite tampoco entrar
al dormitorio del sol…
Cuando Fuuka vio que había llegado la hora de volver a su “mundo” de siempre,
soltó un leve suspiró y les dedicó a todos una formal reverencia.
- Disculpadme por lo de hoy, y por favor, dadle mis disculpas también a
Kuran-sempai. Desde luego, no volveré a entrar al dormitorio de la luna.
- ¿Eh? No, no, no pasa nada… Es más, ven a vernos cuando te apetezca. A una
chica tan interesante como tú… sin duda no la habíamos conocido nunca.
Como algo especial, te perdonamos el incidente.- Al ver la amable sonrisa de
Ruka mientras pronunciaba ésas palabras, sin darse cuenta Fuuka dio un salto.
- ¿Eh? ¿De verdad?
- ¿Por qué no? Además, parece que estás interesada en el presidente Kuran, así
que… ¿Qué hay de malo?
Cruzando los brazos detrás de la cabeza, Kain asintió en señal de aprobación.
- La próxima vez te abriremos la puerta principal cuando quieras venir. Pero,
por supuesto, todo esto es un secreto para las demás alumnas, ¿eh?
- Sí, de acuerdo. ¡No se lo diré a nadie!
- Bien pues, hasta luego.
- ¡Buenas noches!
Tras despedirse y cruzar la puerta, Fuuka apretó a correr, eufórica.
- ¡Genial! ¡No me imaginaba que pasaría algo como esto!
(Hablar con Kaname, que incluso éste me llame por mi nombre, ser invitada a venir de nuevo
a verles cuando quiera… ¡Tengo que contárselo a Kanae en seguida!)
- Ah… - Fuuka se detuvo de repente. – Cierto, no recordaba que esto es un
secreto… incluso para Kanae…
Le dolía tener que escondérselo incluso a su mejor amiga, que la había ayudado a
llevar a cabo el plan. A pesar de su felicidad por conocerles a todos, sus sentimientos
se entremezclaron a la hora de pensar en tener que guardar el secreto.
- Pero bueno, les he prometido no decir nada, así que no hay opción…
Perdóname, Kanae. – Dijo disculpándose con su amiga, que ahora debía
encontrarse ya en un profundo sueño.
(Pensé que todos los de la clase nocturna serían gente algo esquiva, pero sin duda, al hablar
con ellos una descubre que parecen gente muy amable y gentil…)
El amanecer se encontraba cercano. Fuuka se apresuró hacia su habitación.
No pensó ni un momento en por qué precisamente ella había sido tratada
distintamente de las demás.
* * *
- Habéis vuelto sanos y salvos, veo.
Kaname escuchaba la explicación de Ichijou sobre lo ocurrido, medio-tumbado en el
sofá de su habitación.
- Así es.
- Eeh… Fuuka se llamaba, ¿no? Parece animada a venir de nuevo por aquí. Así
que si se quedara plantada delante de la puerta me daría lastima. Aidou… qué
cara más amarga tenías; será que tienes demasiado orgullo…
Al oír las palabras del vicepresidente, Kaname dejó entrever una sonrisa en sus labios.
- Ahá…
Al notar en Kaname el gesto que Ichijou ya estaba acostumbrado a ver, se apresuró a
cerrar las cortinas de la habitación.
Muy pronto iba a salir el sol, y en el mundo humano el día comenzaba.
Pero sin embargo, para los vampiros, era hora de dormir.



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Pues listo! esperen al martes y les subire el siguiente! ^^ Pronto les hablare sobre la continuacion d Sakura Card Captor q toy escribiendo y dibujando, (ya q termino en la 2º peli q era la continuacion del ultimo cap del programa como ya saben) Ok?? Bueno ,chaito!!

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